El agua no se junta con el aceite: son inmiscibles. Sus
moléculas no sienten atracción entre sí, como se explica aquí. Cuando
intentamos mezclarlos se forman pequeñas gotas de aceite llamadas micelas. Si
se deja en reposo las gotas se van reuniendo hasta que ambos líquidos se
separan totalmente. Al hacer mayonesa batimos huevo con aceite y es la yema de
huevo la que actúa como emulsionante, evitando que se unan esas gotitas de
aceite. Más concretamente, la lecitina que contiene la yema es la que envuelve
esas gotitas, permitiendo obtener la emulsión conocida por mayonesa. Si no se
bate bien, si se añade el aceite demasiado rápido, si los componentes están
demasiado fríos o a temperaturas muy dispares… el aceite no se emulsiona y se
va acumulando. Decimos que se ha cortado.
¿Y qué se puede hacer para evitar que
se corte? Utilizar los ingredientes a temperatura ambiente, agregar al aceite
gota a gota al principio y una vez la salsa espese agregar en mayores
cantidades, batir a un ritmo ligero o con ayuda de batidora y utilizar
recipientes y utensilios secos.
¿Y cómo se puede recuperar si se ha cortado?
Poner en un recipiente una cucharadita de agua fría y agregar gota a gota la
mayonesa cortada agitando continuamente con un batidor de alambre hasta
terminar la salsa. O poner en un bol una yema cruda y proceder como en el anterior
caso.
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