El azúcar invertido es un azúcar que se obtiene al dividir
la sacarosa en sus dos partes: glucosa y fructosa
Se forma por una reacción química de hidrólisis
ácida o inversión enzimática, en donde se rompe la sacarosa (o azúcar común
de mesa) en los elementos básicos que la componen, glucosa y fructosa.
A veces se puede formar de forma involuntaria, como por
ejemplo cuando estamos preparando jaleas o mermeladas, la simple mezcla del
azúcar con el ácido del limón, normalmente añadido a estas preparaciones
caseras, ya provocará sin que nos demos cuenta la inversión del azúcar.
También existe azúcar invertido de manera natural en muchos
alimentos como la miel o el jarabe de arce.
El azúcar invertido se caracteriza por su alto poder edulcorante,
que sería hasta un 30% mayor que el que posee el azúcar común o sacarosa, por
eso en donde más se va a emplear es en productos de confitería y panadería,
porque además tiene poder para aumentar la fermentación de las masas, ya que la
levadura digiere mejor la glucosa y la fructosa por separado, que la sacarosa
como tal.
También es frecuente su uso en la heladería pues tiene un potente
efecto anticristalizante, disminuyendo el punto de congelación de la mezcla
para preparar el helado, lo que provoca que sea más fácil darle forma y resulte
mucho más suave.
Éstos son los usos y cantidades que se utilizan de este
azúcar, según nos indica
Rosa Ardá en
“velocidadcuchara.com“:
* Para HELADOS: se sustituye un 30% del
azúcar normal por el azúcar invertido. El azúcar invertido no cristaliza, así
que los helados quedarán más cremosos y será más sencillo darles forma.
* Para BIZCOCHOS: se sustituye el 20% del
azúcar normal por el azúcar invertido. Con este azúcar la bollería se mantiene
más tiempo blanda, y los bizcochos se mantienen durante más tiempo como recién
hechos. También ayuda al levado de las masas y da brillo.
* Para MASAS FERMENTADAS: se debe usar el
50-70% de azúcar invertido y ayuda a que las masas fermenten más rápido.
RECETA
* INGREDIENTES: (para 500 gr. aproximadamente)
- 150 gr. de agua mineral, a temperatura ambiente
- 350 gr. de azúcar
- 1 sobre blanco de gasificante
- 1 sobre azul o morado de gasificante
* PREPARACIÓN:
Echamos el agua en el vaso y pogramamos 3 minutos,
temperatura 50º y velocidad 5 (la temperatura tiene que llegar a 50º,
si no es así añadimos 30 segundos más)
Añadimos el azúcar y programamos 6 minutos, temperatura 80º
y velocidad 4 (también debe alcanzar los 80º obligatoriamente, si no llegase
programamos un minuto).
Incorporamos el sobre blanco de gasificante y mezclamos
durante 10 segundos, a velocidad 4.
Esperamos a que la temperatura baje a 60º, más o
menos serán 5 minutos.
Añadimos el sobre azul o morado de gasificante y
programamos 1 minutos, a velocidad 4.
Echamos en un bote de cristal y consevamos a temperatura
ambiente.
Bien cerrado durará 10-12 meses, a temperatura
ambiente. Con el tiempo le pasa como a la miel y se cristaliza.
Por ejemplo, para hacer magdalenas, brioches o bizcochos,
podemos sustituir entre un 10 y un 20% del azúcar por azúcar invertido,
mientras que en una masa fermentada, dependiendo de la cantidad total del
azúcar podemos aplicar entre un 50 y un 70%.